Sea por días más cortos, jornadas laborales por turnos o porque estés preparando una ultra entrenar por la noche en ocasiones es una necesidad y en otras una curiosidad. Requiere tener algo de cuidado, preparar el material... y que te apetezca, claro.
Nicolas Cerisier, embajador de Raidlight es un entrenador diplomado en trail running y corredor de larga distancia. Con su ayuda te damos un puñado de consejos.
- Ver. Lo más importante es ver, y ver bien. Para eso necesitas un frontal, una luz que se lleva en la frente de potencia moderada y de contrastada fiabilidad. Perdemos la visión perimetral, nos centramos en lo que ilumina el frontal y además la profundidad no es siempre bien apreciada, por eso un frontal de calidad es una buena inversión y con una potencia de 200-500 lúmenes. En ocasiones se usa un segundo frontal en el pecho o cintura.
- Ser visto. Ojo, que te tienen que ver y no sólo el ciudad o carretera, hay caminos que tienen algo de tráfico, o alguno puede tener las mismas ideas deportivas, no es normal pero puede ocurrir, y siempre o casi siempre requiere salir de la civilización. Viste con detalles reflectantes y una luz trasera roja es una buena idea.
- Duplica la seguridad. Si por algo el frontal falla, la batería está fría o las pilas te traicionan te quedas en medio de la "nada" sin ojos. Ese es un buen problema. Para eso lleva un segundo frontal. El plan C sería el móvil -que deberías llevar siempre por la noche- pero deberías reservarlo para llamadas importantes.
- En ciudad evita zonas poco concurridas o mal iluminadas. Desgraciadamente hay mala gente por ahí y la oscuridad les ayuda a cometer fechorías. La fechoría puedes ser tú.
- En campo prevalece, al menos las primeras veces, los caminos conocidos, verás qué diferentes parecen, qué mal calculas tiempo o distancia, lo diferente que es todo, los sonidos, las sensaciones, lo alerta que estás, es otro mundo. La noche no es la mejor situación para buscar caminos pero si lo haces, con GPS y móvil con batería.
- Adapta los entrenamientos, puedes hacer series o cuestas, pero dosifica qué haces, correr largo, ir muy rápido y "dejarte la vida" pueden no ser las mejores opciones. Ve cogiendo experiencia y adapta los entrenamientos en consecuencia.
- Ten en cuenta la fatiga física y mental de la noche. Cansa bastante más, tienes percepción de estar más cansado, estás muy alerta constantemente, te puedes pegar pequeños sustos por ruidos, los tobillos requieren de más atención, etc. Tenlo en cuenta.
- Es altamente probable que algunos entrenamientos nocturnos sea por que sea invierno. Tenemos unos consejos específicos para el invierno, dales un repaso.
- Calienta bien antes y date una ducha caliente cuando acabes. Por la noche cuesta más calentar y nos enfriamos también más rápido, así que cuida la temperatura, no son las horas a las que el cuerpo humano esté acostumbrado a hacer esfuerzos físicos, así que es una variable a considerar.
- Come algo ligero de cena o merienda para no sentirte pesado. Come algo ligero al acabar y quizá una bebida que te relaje, un té o una infusión son una buena idea para hacer la transición e irte a dormir. Un estiramiento antes de acostarte puede ser una buena rutina para irte en mejores condiciones a la cama y, por supuesto, sin pantallas de móvil.
Disfruta de la experiencia, atrévete si te apetece o tienes la obligación y verás las nuevas sensaciones que tendrás. ¡Que la noche no te confunda!