¿Cómo comenzar a correr por montaña?
Libertad, espacios naturales, esfuerzo... hay mil razones para desear correr por montaña, algunos vídeos ayudan, a veces la épica nos resulta atractivo, tú sabrás por qué quieres empezar a correr por montaña pero siempre serás bienvenido. Nunca es tarde para hacerlo y estamos seguros de que disfrutarás de la experiencia, sigue los pasos que te comentamos y te ahorrarás algunos errores.
Comenzar en montaña: de correr en plano a hacerlo en la montaña
Variar terrenos, clave para mejorar
Si siempre corres en el mismo terreno te adaptarás perfectamente a ese terreno. Una vez te sientas seguro en uno es bueno que varíes, que tomes alternativas, que subas un poco más, que pruebes, primero con la cautela con la que comenzaste y poco a poco conociendo ese nuevo terreno, aprendes qué piedras se van a mover, cómo correr sobre raíces o cuándo es bueno empezar a andar en vez de correr en fuertes subidas. Con calma pero con voluntad de mejora te podrás ir aventurando en nuevos caminos, algo más difíciles, un poco más largos, diferentes, y seguir acumulando experiencia y vivencias lo que te enriquecerá como corredor de trail y te hará progresar.
Correr por montaña no es sólo correr
La idea que algunos pueden tener de que el trail running es sólo correr en cualquier terreno y distancia es equivocada. Del primero al último en cualquier terreno o distancia hacen tramos andando en una carrera, imagina entrenando o en distancias largas. El desnivel, la pendiente, la distancia o el terreno te harán comprender que andar no es opcional, es necesario, es eficiente y es parte del trail.
Por eso entrenar sólo andando, andar a buenos ritmos y trabajar la cadencia y cuándo andar son parte del trail running que, para mejorar, deberás dedicarle tiempo, especialmente si vienes del running porque puede resultarte ajeno. Además en ocasiones andar es un descanso de correr aparte de ser más productivo y requiere de otros grupos musculares que puedes necesitar fortalecer. Andar también te ayudar a adentrarte en un mundo quizá desconocido: las largas distancias.
Refuerzo muscular
Si vienes especialmente sólo de correr as a notar (doloramente) músculos que creías fuertes. A veces son gemelos y sóleos, otras cuádriceps, en ocasiones todos. No subestimes los diferentes grupos musculares que se trabajan en montaña o la intensidad en que se hace. Pueden doler y mucho.
Pero como todo, se puede entrenar. Corriendo en montaña es la forma más intuitiva y fácil pero no siempre es la única opción o la mejor. Trabajar fuerza en el gimnasio (o en casa) con peso libre, máquina o con tu propio peso son alternativas interesantes y útiles.
Olvídate de los ritmos
Estamos acostumbrados a medir nuestra velocidad (ritmo, en realidad) en minutos y segundos por kilómetros. Olvídate de eso en montaña o usa un calendario porque los ritmos son otros. Y no debe preocuparte. Puedes ir a 20'/km tranquilamente en terreno lento y técnico, no debe preocuparte nada, y si acaso sólo en el tiempo total que te puede llevar una ruta, tiempo que irás calculando con experiencia. El ritmo está fuertemente condicionado por el desnivel y la pendiente, eso lo puedes ver si te descargas una ruta en el GPS o ves paneles informativos, pero el terreno y su tecnicidad no te lo ponen en ningún lado y eso puede ralentizar tanto como unas buenas subidas. Por supuesto también debes contar con el estado del suelo (que haya un poco de nieve), abrir o cerrar puertas o vallas, animales que te hacen dar rodeos y, muy importante, las condiciones meteorológicas, una misma ruta con sol y temperatura agradable y con frío y resbaladiza por tramos te puede llevar muchísimo más.
Una vez que empiezas no querrás dejarlo
La inmensa mayoría vivimos en entornos urbanos lo que nos obliga a correr en parques, urbanizaciones, riveras de ríos o polígonos industriales. Perfecto, no hay problema. Pero cuando descubras y empieces a disfrutar de la montaña creemos que no querrás dejarlo, porque las sensaciones, experiencias y vivencias que te aportan son diferentes, especiales. Para que así sean y no malos recuerdos debes aproximarte a la montaña con respeto, preferiblemente acompañado, con buena actitud y con modestia, con ganas de mejorar y de disfrutar, de entender el entorno, de conocerlo, de quererlo, con preparación para o que pueda ocurrir pero sin miedo. Ojalá sea tu patio de recreo, otro lugar donde expresarte y crecer, ojalá la montaña sea tu nueva casa.
Tenemos más consejos sobre et que esperamos te ayuden.